jueves, 25 de julio de 2013

¡Votar por el cambio... y sentarse a mirar ( I ) !


¡Votar por el cambio... y sentarse a mirar ( I ) !

Antes que nada quisiera precisar que este texto no busca justificar ni defender a ningún funcionario. El objetivo es tratar de analizar, de la manera más objetiva posible, la realidad que vive hoy el estado de Tabasco y en general México. He denunciado innumerables veces la increíble violencia que se vive en nuestro país, violencia que a menudo no queremos ver y reconocer mientras no toque a la puerta de nuestras casas o nuestras familias. Se piensa erróneamente que “eso” sólo le pasa a los demás, en otros estados, en otros lugares o a personas que necesariamente andan en “malos pasos”. La violencia en México no es algo nuevo. Sin embargo, se ha llegado a un nivel tal que pareciese que no tocaremos fondo sino hasta que el país estalle en mil pedazos. En el origen de la situación hay, entre otras cosas, una relación malsana y perversa entre una sociedad apática y servil y un sistema político autoritario. Si en algunos momentos de nuestra historia las coyunturas permitieron que esa relación malsana pareciese la solución hoy vemos que en realidad sólo nos ha llevado al abismo. Habrán notado que no me referí a un “partido” sino a un “sistema” y en efecto los más de 70 años de control priísta de la vida política del estado y del país hacen que ya ni siquiera es una cuestión de un partido: Es un “sistema cancerígeno” que ha contaminado de manera imperceptible al grueso de la sociedad hasta el tuétano. Hoy, cuando en Tabasco se reclama airadamente ¿dónde está el cambio? Yo me pregunto: ¿son realmente ingenuos, o algo más? ¿en realidad creyeron que décadas de corrupción desaparecerían así como así con la llegada al poder de tal o cual persona? ¿en realidad creen que para que una sociedad cambie basta depositar un voto y sentarse a mirar? Y cuando entre esas personas que exigen y vociferan hay notables priístas, quisiera poder preguntarles: ¿cómo desmontar la podredumbre que USTEDES construyeron durante un siglo en tan sólo unos meses? Que pasen la receta...
Los cambios no se dan de la noche a la mañana ni pueden venir desde lo alto del poder o desde maquinarias burocráticas esclerosadas. Las prácticas de corrupción, violencia, abuso e incompetencia están tan arraigadas que a veces me pregunto si en verdad pueden ser modificadas. Tampoco se trata, como pretenden algunos, de que cada quien cambie de manera aislada y sin exigir un cambio en las prácticas gubernamentales, esto es ingenuo y demagógico. El cambio viene desde una sociedad que exige, que alza la voz, pero que también respeta y predica con el ejemplo. Tal vez uno de los mayores daños que el sistema autoritario provocó a nuestro país es la labor de zapa que realizó destruyendo la confianza. Hoy no podemos confiar en los jueces, ni en la iglesia, ni en los partidos, ni en el mecánico, ni en el plomero, ni en la policía, ni en la ley... pero esa capacidad de confiar no puede ni será nunca restablecida, ni reparada, desde el poder del Estado. Sólo el ciudadano crítico, responsable y bien informado uniéndose a sus pares puede modificar el curso de las cosas pero desafortunadamente no es algo que veremos ocurrir de la noche a la mañana. ¡Es un trabajo de Sísifo! Y a buen entendedor...  

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