miércoles, 17 de septiembre de 2014

El tamaño de su miedo

El tamaño de su miedo


Hasta hace poco yo creía que la mayoría de los servidores y representantes públicos mexicanos no solamente se robaban casi todo lo que podían sino que además se reían de sus representados. Y de hecho, leí con gusto y esperanza la nota del novelista y cronista tabasqueño, Ariel Lemarroy donde recordaba una anécdota de un presidente municipal, Don Julián Montejo, de quien todo mundo se mofaba por su folclórica forma de expresarse y por su origen campesino pero quien, parece ser, transformó la ciudad que gobernaba.


Señores como Don Julián ya quedan pocos pues según relata Lemarroy cuando alguien le llegó a chismear quién era el autor de todos los chascarrillos sobre su persona él rechazó tomar represalias y simplemente dijo: "Es bueno que el pueblo se ría de sus gobernantes. Lo malo, es que los gobernantes se rían de su pueblo". Y, curiosamente, en estos últimos días el Zócalo de la ciudad de México ha sido testigo precisamente de cómo los gobernantes se ríen de su pueblo: de esa "bola de zarrapastrosos y flojos que en lugar de pedir aumentos de sueldo deberían de aprender a trabajar más".
Pero este 15 de septiembre también se vio el miedo que le tienen a ese pueblo y, sobre todo, el grado del miedo. Es sabido que la mayoría de los Estados del mundo han desarrollado estrategias de miedo para justificar medidas de seguridad y control cada vez más severas y violatorias de nuestros más elementales derechos. También es sabido que en México la presunción de inocencia es para la mayoría de la población una utopía. Pero, llegar al grado de suponer que cada niño mexicano de los acarreados por ellos mismos, es un criminal en potencia, un “niño – bomba” que merece ser cateado para “evitar que México se convierta en un nuevo Medio Oriente”, es realmente el colmo de los colmos. Y no sólo es una violación flagrante de derechos, ello habla del temor, del inmenso pavor que sienten. Un temor que seguramente es directamente proporcional al daño que le están haciendo a la nación. Sólo así se explica ver hasta dónde han llegado...