viernes, 13 de julio de 2012

Los guardianes del Estado de Derecho


Los guardianes del Estado de Derecho


Hoy 12 de julio se celebra en México el día del abogado. Como todos los años habrá discursos, regalos, loas a los destacados juristas, al Estado de Derecho y la Justicia. Desafortunadamente en México no hay nada que celebrar. Existen, sin dudarlo, juristas honestos y brillantes pero son una minoría que lucha desesperadamente por hacer cambiar las cosas. La verdad es que en México no existe un Estado de Derecho digno de ese nombre y que muchos de quienes se supone que son los “Guardianes de ese Estado de Derecho”: los actores o agentes jurídicos (abogados postulantes, jueces, magistrados, ministros, profesores de derecho, legisladores) han contribuido por acción u omisión a preservar un sistema que funciona a velocidades distintas dependiendo de la persona que se ve confrontada con su engranaje: el dinero y las influencias políticas son su combustible vital.

Un engranaje perfectamente aceitado con la corrupción, el influyentismo y la cerrazón que se destila y reproduce desde las aulas mismas de las escuelas y facultades de derecho cuyos estudiantes no dudan en llamar cínica y jocosamente el “Parque Jurídico”. Parque donde se sigue pensando que saber derecho es conocerse un código de memoria, dos o tres malas citas de libros que jamás han leído y alabar a la autoridad, a la Ley y valores que jamás han respetado.

La imagen del jurista cultivado, que existía quizá hasta principios del siglo XX en México ha ido dejando su lugar a la del “abo-gángster” de formación mediocre, de hablar cantinflesco, nula cultura general, corrupto y políticamente camaleónico. Paradójicamente, a lo largo y ancho del país han proliferado los posgrados en Derecho, los cursos, talleres y diplomados. Sin embargo, el nivel intelectual de la mayoría de los abogados es hoy más mediocre que nunca y la mayoría de las Barras , Colegios y Asociaciones de Abogados sigue sirviendo sólo de trampolín político para unos cuantos.

Hoy, al amparo de legalismos y triquiñuelas jurídicas, estamos en vísperas de que se consume un golpe más a la ya de por sí abollada imagen de los juristas. Estamos en la penosa espera de que pseudo defensores del Estado de Derecho le den una puñalada más a la Justicia en nombre de conceptos que ellos mismos han vaciado de todo contenido: apego irrestricto a la Ley, legalidad, Estado de Derecho etc. Tienen en sus manos recobrar la perdida confianza de los ciudadanos en el Derecho y sus instituciones o preservar su México del doble discurso y de la impunidad, de la ley del más fuerte y del que más puede pagar, aunque el dinero para ello tenga como fuente la ilegalidad. Temo saber de antemano hacia dónde los van a llevar sus vacuas conciencias, aunque espero aún equivocarme.

Hoy, en efecto, no hay nada que celebrar. Pero queda la esperanza de que una ciudadanía empoderada donde también participan juristas comprometidos y honestos, logre impedir que sigamos sumidos en la barbarie jurídica y política y que se comiencen a sentar las bases de un verdadero Estado de Derecho.

1 comentario:

  1. Gracias por compartirnos tu reflexion Sergio misma que compartiré con mis mas cercanos juristas en el circulo familiar...Te envio un abrazo muy especial por que sigues conservando tu esencia profesional y digna

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